Fotografía: Especial 

 

La importancia de realizar estudios astronómicos a lo largo de la historia de la humanidad ha permitido desmitificar las ideas erróneas que se tenían en la antigüedad respecto de estos fenómenos, como los eclipses, los cuales eran considerados como un mal presagio.

La profesora de la Escuela Superior de Tlahuelilpan de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Silvia Patricia Ambrocio Cruz, explicó que un eclipse es cuando un cuerpo celeste cubre a otro con su sombra, que en este caso intervienen la luna, el sol y la tierra. Y que de acuerdo a la etimología, significa desaparecer.

Lo anterior debido a que si se presentaba un eclipse solar, que se forma cuando la luna oculta al sol, se pensaba que el sol iba a desaparecer.

Mientras que en el caso de un eclipse lunar que se forma cuando la tierra se interpone entre el sol y la luna, donde en ocasiones esta última adquiere una tonalidad roja porque son los rayos solares que logran atravesar la atmósfera terrestre y logran llegar a la luna, lo que antes era sinónimo de un mal augurio.

Refirió que gracias a los diversos estudios que se han hecho es que se ha logrado registrar el comportamiento y explicar por qué sucede, así como detectar la frecuencia de la ocurrencia para así refutar la idea que se tenía antaño sobre estos fenómenos astronómicos tan naturales y tan estigmatizados.

 

 

SJA