Responsabilidad social
Responsabilidad social, ese es el tema de hoy. Todos andamos inmersos en las campañas políticas, qué se dice de tal o cual partido y los slogan dicen que son las elecciones más importantes del país; cosa falsa.
Todas las elecciones son importantes, ya que han determinado el rumbo del país durante toda su historia; no podemos minimizar unas elecciones y ensalzar otras porque sería no reconocer la trayectoria política del pueblo.
Ahora bien, sean las elecciones del siglo pasado, las de hace dos años o las próximas, debemos hacer conciencia de lo que esto implica, que es la responsabilidad social.
Esta facultad, obligación o deber, como gusten llamarle, la debemos ejercer para participar en las votaciones y eso implica tener una sana conciencia sobre el impacto que va a tener al votar por uno u otro personaje a quien le otorgamos la confianza de la toma de decisiones en beneficio de nuestro amado México.
La responsabilidad social implica ser congruentes, no dejarse llevar por la simpatía de tal o cual candidato, o a ver quién da más; ser un ser humano responsable a nivel social es el resultado de ser responsable con él mismo antes que con cualquier otra persona.
Definitivamente a muchos nos falta esta acción: nadie da lo que no tiene y si somos de los ciudadanos borreguitos que vamos donde más hay y apoyamos al candidato o candidata más agraciado o agraciada por sus lindos ojos, estatura y sonrisa, estamos en una inconsciencia social que no solo nos afecta a nosotros como seres individuales, sino a los que nos rodean, porque el impacto de las decisiones tomadas de la persona por quien votemos será positiva o negativa la consecuencia para el lugar que gobierne el candidato.
Sin embargo, si no despertamos la conciencia, si no vemos más allá de una simple campaña electoral con gente acarreada y convenenciera, tu voto será de chocolate como dicen los niños; es decir, no se vale.
Con esto quiero decir: no se vale que juguemos a ser el ciudadano que vota, que cumple con su deber social cuando tenemos acciones completamente contradictorias: tiramos la basura en la calle y nos quejamos de las inundaciones cuando llueve; tenemos nulo respeto por la vida cuando permitimos un aborto; vamos por las aceras permitiendo que nuestra mascota ensucie las casas vecinas; gritamos que queremos paz cuando en realidad en nuestro corazón hay una guerra interna que no podemos combatir.
Antes de querer ser responsables socialmente asumamos el compromiso de documentarnos, leer, escuchar las propuestas y analizar lo que los candidatos nos dan a conocer entre líneas, para que así podamos emitir un voto responsable que impacte en una sociedad con valores.
Ya basta de asesinatos, secuestros y venganza provocados por el resentimiento que guardamos en el interior de nuestro ser, sin saber que nos estamos bebiendo nuestro propio veneno al no actuar con responsabilidad social.