Desfile del 20 de noviembre de 1956

 

El 20 de noviembre de 1956, la cámara fotográfica captó esta escena, del desfile deportivo de la Revolución Mexicana, al paso de un contingente femenil por el monumento que conmemoraría en Pachuca esa etapa crucial de nuestra historia, cuya construcción se encontraba entonces muy adelantada, pues la estructura de su edificación estaba ya rodeada por andamios, instalados para colocar las efigies de los más importantes héroes de ese acontecimiento histórico.

El monumento fue construido tras la desaparición de los patios del Ferrocarril Hidalgo, en el cruce de las avenidas: Madero –que arrancaba en la Avenida Juárez, como continuación de la calle de Gómez Pérez y seguía hasta el Parque Hidalgo, tras construirse el puente que salva al Río de la Avenidas– y la entonces nueva Avenida Revolución, que partía de la glorieta de los Insurgentes –frente a la “Preparatoria Uno”– y concluía en la calle de Belisario Domínguez, donde se encontraba el Centro Social y Deportivo de los trabajadores de la Compañía de Real del Monte y Pachuca.

El monumento a la Revolución, junto con el de la Plaza Juárez, fueron mudos testigos de la gran transformación de aquel Pachuca de la primera mitad del siglo XX, que dio paso al gran crecimiento de ciudad, entonces habitada por 60 mil pachuqueños, según se leía en el desplante de la carretera México Pachuca a la altura del Atlante –hoy Plaza 2000– frontera extrema de Pachuca por el sur.

Como podrá observarse, el monumento se levantaba en las inmediaciones de diversos baldíos, hoy ocupados, por la colonia de los militares, el desplante la Avenida Revolución y la Construcción del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos CECYT 15 –donde actualmente se encuentra la Alameda de los Hombres Ilustres– espacios que hoy se encuentran plenamente ocupados.

En 1956 hace 63 años, los desfiles de la Revolución Mexicana, eran todo un espectáculo para los pachuqueños, pues en ellos participaban todas las escuelas, públicas y privadas; primarias y secundarias, el Instituto Científico Literario y las academias comerciales, que se aunaban a los contingentes del ejército, la policía, Bomberos, el Pentatlón Universitario y otros muchos que durante dos o tres horas cruzaban por las principales calles de la ciudad.

Todo iniciaba precisamente a las plantas de este monumento, que el 20 de noviembre de 1956, estaba en plena construcción y sería inaugurado un año después.

 

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SJA