¿Dónde te agarró el temblor?
Los mexicanos somos expertos en chistes, memes y burlas; sin embargo, pareciera que en septiembre nos llueve sobre mojado.
Hace un par de días, no obstante con la mojada que nos llegó, todavía nos tocó una sacudida.
Yo me pregunto: ¿no será acaso que quien debe ser sacudida es nuestra conciencia y quien debe ser empapado es nuestro corazón? La naturaleza se manifiesta para hacernos reaccionar de alguna manera metafórica.
Aquellas decisiones de aplaudir la interrupción de la vida con la justificación de que como es tu cuerpo puedes hacer con él lo que desees, los movimientos liberales de haz lo que quieras y sé feliz.
Considero que como sociedad cada vez fallamos más y los valores se van debilitando, cobrando fuerza así los antivalores.
Hacer conciencia de qué clase de persona soy con los demás, con mi familia, en el ambiente laboral: ¿soy de los que empatizan o soy de los que meten el pie para gozar con el tropiezo de otro? ¿Ayudo o me dejo caer a propósito para recibir la ayuda sin necesitarla?
A todo esto se le llama incongruencia, porque no vivimos el aquí y el ahora, porque no tenemos conciencia de lo maravilloso que somos como seres humanos.
Pocas personas han dejado lo poco o mucho que tienen para compartir con nuestros compatriotas del municipio de Tula, y otros tantos se comportan indiferentes ante tal desgracia y dicen por ahí: “Al cabo ni de mi familia son”. ¿Te has preguntado si fueras tú el damnificado, cómo te gustaría se tratado?
Despertemos y salgamos de nuestro estado de confort personal y hagamos empatía con las dificultades de los demás.
No te quedes dormido, ¡despierta! Porque el próximo mojado y sacudido puedes ser tú.