¡Yo sí creo en los Reyes Magos!

 

Muchas veces hemos escuchado decir con admiración: ¡Yo ya no creo en los Reyes Magos!, como una manera de decir que ya no nos engañan, pero la realidad es otra; sí creemos porque somos seres de luz y creemos en las personas que amamos.

Cuando tenemos miedo sentimos que nos hundimos, pero cuando tenemos confianza salimos a flote hasta con aquellas tormentas que pareciera nos quieren devorar.

Cuando sentimos miedo nos vemos entre tinieblas, en densidad; sin embargo, la confianza nos hace sentir ligeros y fuertes.

El miedo es oscuro, la confianza es claridad; el miedo nos paraliza, la confianza nos impulsa; el miedo nos enferma, la confianza nos sana.

Y tú ¿cómo inicias este año? ¿Lleno de temores o avanzas confiadamente? En el amor no hay temor, al contrario, el amor te aleja del temor, porque el que teme mira al castigo y no ha alcanzado la perfección del amor.

Tantas veces hemos confundido el temor con el amor; por ejemplo, muchas personas tienen una relación tóxica y creen estar ahí por amor, pero no es así, están ahí porque temen quedarse solas, tienen miedo a quedase solos, a ser rechazados, castigados.

Tienen miedo a perder lo único seguro que tienen, aunque el precio a pagar sea caro; hay una dependencia enfermiza, necesidad de controlar y amenazas.

Donde hay amor se experimenta la confianza, la libertad, el respeto, la sinceridad, el compromiso. Donde el amor es verdadero, no hay espacio para el temor; la confianza y el amor nos hacen sentir ligeros, fuertes y nos eleva.

Convirtámonos en personas libres de apegos para poder servir y amar, no en personas condenadas hundiéndose a sí mismo y a quienes conviven con él.

Si tu forma de ser te genera miedos en lugar de quitártelos, entonces algo no anda bien… revisa si te hundes en las tormentas o avanzas caminando sobre la roca firme de la confianza y del amor.

Cree en ti, cree en lo que eres capaz de lograr y verás entonces tus deseos realizados y tus sueños cumplidos; entonces podrás decir que sí crees en los Reyes Magos porque la magia eres tú.