Fotografía: Especial
Este lunes es un día marcado en la historia, ya que se inauguró, después de dos años y medio de polémica y construcción a cargo de ingenieros de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), situado en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, ubicada en Zumpango.
Para los empresarios hidalguenses, a pesar de que desde el anuncio de la construcción del aeropuerto realizaron acercamiento con la Sedena, solo diez empresas pudieron ser parte de la construcción a través de la subcontratación o renta de su maquinaria, de acuerdo a Carlos Henkel Escorza, presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo (CCEH).
Sin embargo, ha señalado que es necesario generar consorcios para ser protagonistas «y no únicamente proveedores», expuso el líder empresarial hace un par de semanas.
Ante esta idea, y en el entendido de que en el estado más de 90 por ciento de las empresas hidalguenses, dentro de la categoría de micros, pequeñas y medianas (Mipymes), el capital no es suficiente para desarrollar un proyecto, a través de consorcios les permitiría desarrollar infraestructura como bodegas, hoteles, un parque industrial e inclusive, un centro de convenciones.
Empresarios hidalguenses se están uniendo para desarrollar una plataforma digital, que será presentada en próximas semanas, para dar paso a la proyección de productos y servicios que pueden ofrecer en este arranque aeroportuario para que también haya oportunidad de crecimiento para empresas del estado.
Han sido dos años en el que este proyecto en el que han trabajado alrededor de 140 mil trabajadores de la Sedena, que ha dado mucho qué hablar, desde los últimos detalles para recibir a las miles de personas que harán uso de sus instalaciones para trasladarse a diversas partes del país y del mundo, hasta el tiempo de traslado de la Ciudad de México al AIFA, y de Pachuca al mismo.
Este aeropuerto tienes dos pistas de aterrizaje y despegue con una separación de mil 600 metros, por lo que se podrán tener operaciones simultáneas sin problemas de seguridad; la pista central tiene unas dimensiones de 45 metros de ancho y 4.5 kilómetros de longitud, con lo cual ya es la más larga del país y por lo que podrá recibir el avión A380, el más grande del mundo en movimiento de pasajeros.
Se ha dado a conocer que la torre de control es la segunda más grande del país, con una altura de 88 metros, solamente rebasada por la del aeropuerto de Cancún, que tiene 96 metros.
El proyecto ha sido “exprés”, ya que se construyó en poco más de dos años, con el último 15 por ciento de avance tras las penumbras, por la veda electoral, razón por la que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no realizará discursos durante la ceremonia de apertura.
Uno de los cuestionamientos más repetidos alrededor del aeropuerto es su conectividad terrestre, por lo que para que tenga mayor accesibilidad se han desplegado 14 proyectos de infraestructura carretera y de transporte público, sin embargo, para la puesta en marcha solo están listas la mitad, las carreteras al oriente.
El transporte masivo es el más rezagado. El Tren Suburbano, la gran apuesta por su capacidad de movilizar personas, llegará un año más tarde (hasta el momento solo tiene 14 por ciento de avance); para el Mexibús, que partirá del Estado de México, aún no hay fecha definida de apertura.
En este momento solo existe una ruta desde la terminal Indios Verdes que llega a Puerto Aéreo, cerca de la entrada a la ciudad militar y, como alternativa, el gobierno de México contrató un servicio de autobuses desde la CDMX y el Estado de México, y los puntos de partida serán el Centro Comercial Perisur, Santa Fe, Auditorio Nacional, World Trade Center y Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
El AIFA está ubicado en avenida Ferrocarril Hidalgo, colonia Santa Lucía, Zumpango, Estado de México.
Está en la Base Aérea Militar 1 Santa Lucía, a 35 kilómetros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Fue nombrado en honor al general Felipe Ángeles, militar que fue fiel a Francisco I. Madero y apoyó a Pancho Villa durante la Revolución Mexicana.