Continuamos con los libros de texto
Dicen que el sentido común es el que comúnmente no se usa y tiene algo de cierto, ya que cada uno expresamos nuestras opiniones en total libertad. Continúo haciendo la reflexión del uso adecuado de los libros de texto gratuitos que debieran ser el apoyo total para el docente en beneficio del aprendizaje del alumno; sin embargo, los libros de texto gratuitos tienen una serie de contenidos e imágenes nada aptas para los alumnos.
Mencionaré las aberraciones que yo misma he visto y hojeado en los libros de texto gratuitos, sobre un tema que definitivamente es polémico: la sexualidad. En el libro de tercer grado aparecen las imágenes de los aparatos reproductores femenino y masculino de una manera grotesca para los niños y niñas; no son aptas para ellos y en los libros de quinto y sexto grados aparece información sobre los diversos métodos anticonceptivos. No es que yo sea moralista y me espante del tema o me cause un tabú; simplemente las imágenes e información rebasan la capacidad cronológica comprensible de niños de esa edad. Aquí viene la pregunta ¿hasta dónde el docente puede profundizar? Ya que es un tema delicado y puede llegar a causar un conflicto con los padres de familia en el poco entendimiento de los alumnos.
¿Qué haremos los docentes? Utilizar el sentido común; sin embargo, hasta dónde el sentido común es manejado como un parámetro en temas tan controversiales, que lo que le puede bien parecer a un padre de familia, le puede no agradar a otro. En esta situación lo sugerente es hacerle saber a los padres de familia la información antes que a los niños para que sean ellos quienes determine cómo se maneja en casa este tema que debiera ser normal pero no lo es. Alguien en los medios difunde que no va a repartir los libros; sin embargo, ya salió un acuerdo y en el diario oficial nos indica que los libros de texto gratuitos deben utilizarse para la enseñanza de los niños y niñas de México; por tanto, no es opcional, es una indicación implantada por nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde luego “tiene otros datos” lamentablemente los datos que nosotros leemos son causa de controversia moral y social.
Todo un reto para los docentes, como si no hubiera otros que resolver en el aula como el acoso, el bullyng, la violencia familiar, los trastornos de aprendizaje, etc. Y entonces ¿Dónde queda la calidad académica? Pues la respuesta es la misma, en el sentido común del docente. Las planeaciones deben estar bien cimentadas para poder llevar a cabo una información sin que se vea si quiera veladamente la opinión personal o moral del docente.
Mucha controversia lectores ¿Usted qué haría?