Fotografía: Especial
La industria restaurantera en Hidalgo cerró el año con una venta del 25 por ciento más baja en comparación con el 2017 “sin duda el último trimestre del año fue el mejor pero no hemos alcanzado los números que en años anteriores” señaló Alan Vera, titular de Canirac Hidalgo.
Destacó que si bien los restaurantes cerraron con un alza del 30 a 35 por ciento, en comparación con el 2017 las ventas fueron bajas, pero no por ello se pierde la expectativa de que en el siguiente año se mejore la situación.
“Queremos ser sensatos y examinar trimestre a trimestre, en el primero de 2019 se espera que se guarde un comportamiento ascendente, y el índice de consumo se sostenga”, aseveró.
Asimismo hizo referencia en cuanto a sus expectativas para la actual administración gubernamental federal “esperamos mucho del nuevo gobierno, ya se han aplicado políticas que incumben en el sector y esperamos ver resultados en desarrollo y fortalecimiento de la industria”.
Alan Vera sostuvo que en el tema de aumento de salarios, los empresarios restauranteros se encuentran a favor de mejorar las condiciones de vida de los empleados por eso a partir del primero de enero se ajustaron los salarios.
“Pero solicitamos al gobierno combatir la informalidad, la sobre regulación y la corrupción para conservar las fuentes de trabajo”.
Por otra parte, el presidente de Canirac afirmó que el aumento de gasolina y luz el año pasado afectó bastante a la industria de los restaurantes, ya que se registraron 10 cierres de restaurantes dentro del “universo de la cámara”.
“Nos pegan mucho y muy fuerte, son dos insumos básicos para la operación de los restaurantes, y esperamos en este año se vea una reducción en el costo”, manifestó el empresario.
Admitió que el año pasado se conjugaron muchos factores que afectaron la operatividad de los restaurantes, tales como alzas en combustibles, alzas eléctricas, alzas al gas lp, una inflación muy alta y un dólar volátil.
“Los tres primeros insumos básicos que subieron entre el 30 y 50 por ciento y se ve reflejado en el costo del producto, inflación que encarecía el producto nacional y precio de producto extranjero volátil”, argumentó.
Por lo anterior, el Inegi registró una baja en la confianza del consumidor; y el valor adquisitivo del dinero se perdió por estos aumentos, por lo que finalmente alegó que esto ha provocado un bajo consumo y las salidas a comer a restaurantes han ido a la baja.
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