Regresemos a la escuela

 

Leí que no es momento de ser irresponsables, al respecto del retorno a las aulas; en Hidalgo las escuelas particulares no retornan a clases, ya que la FEPEH (Confederación de Escuelas Particulares en Hidalgo) mencionó que hasta que la Secretaría de Salud no dé indicaciones de retorno a las aulas, no se sumarán las escuelas privadas a la irresponsabilidad de desatar una cadena de contagios más fuerte.

De esta forma dan prioridad a la salud de los alumnos, personal docente, administrativo y de servicio, hasta que se garantice un regreso seguro.

De acuerdo a las estadísticas, un 0.5% de niños se contagiarían gravemente de Covid-19 si hay clases presenciales, lo cual equivaldría a millones de niños infectados y nadie se pregunta ¿cuántos docentes estarán expuestos al contagio y a perder la vida?

Es entendible que la preocupación de los padres de familia que salen a trabajar y no tienen quién cuide a sus menores estén ya desesperados porque asistan a la escuela; sin embargo, hacen a un lado la posibilidad de adquirir el virus y que las consecuencias pueden ser fatales, no solo para los niños, sino para todo el entorno que les rodea.

Las escuelas están esperando indicaciones claras y concretas del regreso a clases, mientras que la Secretaría de Salud le echa la bolita a la Secretaría de Educación Pública, y entre que la bolita va y viene no aterrizan un protocolo que garantice la salud y el bienestar integral de los menores, docentes, personal administrativo y de servicio.

Es por ello que la FEPEH tiene una decisión acertada al no regresar mientras no haya un documento de las autoridades que les indique el cómo y el cuándo con un detallado protocolo sanitario.

Definitivamente algunos docentes seguimos con miedo, los padres de familia con inseguridad, los alumnos con la ilusión de volver a socializar; ¿cómo resolver la petición de cada uno?

¿Es más importante que el alumno asista a la escuela o cuidar su salud estando en casa? ¿No es hora de que los padres de familia se hagan cargo de verdad de sus hijos?

Hoy muchas familias ya cayeron a la cuenta de que el problema de las deficiencias de sus hijos no es el docente, sino ellos quienes armonizan o satanizan su entorno familiar.

Considero que desde que se nos avisó del primer caso en China se tuvo al menos mes y medio para la prevención; sin embargo, no somos un país que se caracterice por esa cultura; nos hemos guardado en casa ya bastante tiempo como para que, al cuarto para la hora, bajemos la guardia.

Sigamos cuidándonos y cuidemos a los demás como si fuera nuestra propia vida, y entonces bajará la ola de contagio que está en la curva de la punta del iceberg.

Mantengamos la sana distancia y evitemos las aglomeraciones y reuniones inútiles, y verán cómo pronto retornaremos a las aulas.