Valorar-te, el arte de amarte
Hoy quiero compartir con ustedes, mis queridos lectores, la importancia de amarse a sí mismo; seas varón o fémina, el amor a sí mismo es exactamente igual.
Hoy en día, con el confinamiento ha subido el índice de violencia familiar de una manera alarmante; las agresiones entre unos y otros son verdaderamente nefastas.
Insultos, gritos, jaloneos y golpes está caracterizando los hogares del estado de Hidalgo, sin dejar de lado los demás.
Tenemos latente esa lamentable situación y aunque nos damos cuenta, no hacemos mucho por resolverlo.
Se está convirtiendo en una manera de vivir la nueva normalidad justificándose en que el estrés sube porque estamos mucho tiempo juntos, porque en el trabajo algunos jefes no tienen piedad y porque no hay dinero que alcance.
¿Qué hacer ante esta enfermedad emocional? La respuesta primera es ámate a ti mismo, respétate, ten dignidad humana y no permitas bajo ninguna circunstancia ser objeto de nadie.
Muchas veces nos colocamos máscaras para aparentar una familia feliz, una economía envidiable y una situación personal óptima, aunque por dentro en nuestro corazón sabemos que está sangrando de tantas heridas emocionales que hemos permitido.
Por ello te invito a amarte a ti mismo, a ti misma, de tal manera que seas una persona digna que te sientas merecedora de vivir en plenitud y no al contentillo de nadie como si fuéramos títeres.
Y tampoco es amor propio querer controlar a los demás como si fueran de nuestra propiedad, eso solo demuestra la falta de amor propio y evidencia nuestro egoísmo como seres humanos.
Lo que debemos hacer para nutrir nuestro amor propio es practicar la flexibilidad, recordemos que lo inflexible se rompe, a veces tendremos que ceder a acciones que no estamos convencidos del todo, otras veces alguien tendrá que ceder hacia nosotros y así entonces practicamos también el equilibrio.
Otra opción es practicar la empatía, todos traemos una historia en los hombros y de acuerdo a eso actuamos; no tomar nada personal, las circunstancias ocurren y no necesariamente es para perjudicarnos y damos por hecho que es así.
No caigamos en hipersensibilidad, haciendo de todo un drama porque maximizamos los sucesos que en realidad no son otra cosa más que experiencias de la vida.
Evitemos lo más posible etiquetar la conducta de las personas, cada quien actúa como percibe la realidad y no debe ser como la percibimos nosotros, aprende a respetar la opinión de los demás que es tan valiosa como la tuya.
Desarrolla la capacidad de escucha y verás como todo tu entorno se va modificando y las acciones serán armoniosas y no lastimaremos a nadie.
Vive aquí y ahora, es lo único seguro que tenemos, el presente y desperdiciamos lo que ocurre por pensar en lo que pasó o en lo que pasará sin enfocarnos en lo que realmente vivimos.
Las expectativas son falsas, no existen y solo causa frustración; practicar el amor propio también consiste en no esperar nada de nadie, así no tendrás decepciones de ti mismo.
Sé servicial para incrementar tu valía como ser humano, tengas el cargo que tengas, siempre sirve al otro como si fueras tú mismo y verás como la evolución se da por añadidura, así que practiquemos el amor hacia nosotros porque nadie da lo que no tiene.