¡No estamos solos!

 

En el divertido camino que llamamos vida se nos ha presentado una y muchísimas veces la oportunidad de ser mejores, pero a veces no lo tomamos en cuenta y decimos: “Así soy y qué”, “que me quieran como soy”, y otras frases absurdas sin sentido alguno.

A veces nos preguntamos por qué nos va mal y poco cuestionamos cuando nos va bien.

Todo esto lo comento porque es fácil culpar a los demás de lo que me pasa de una u otra forma.

La respuesta lo anterior es muy simple y tiene tres vertientes que debeos tomar en cuenta:

 

  1. Atraemos lo que somos. Si nos prestamos al chisme, a la crítica, al rencor, a la corrupción, eso es lo que nos va dar la vida; es un vaivén, solo recibo lo que soy. Aclaro: no recibo lo que doy, recibo lo que soy.

 

  1. Las demás personas son nuestro reflejo y nos muestran nuestras propias sombras para que podamos reconocerlas y mejorar.

 

  1. Los conflictos internos son fuertes y más cuando dejamos que pensamientos negativos nos invadan la mente y llegan a dominarnos de tal manera que damos por hecho situaciones que ni siquiera existen.

 

Es tan fácil decir que tal o cual político no cumple, es más fácil decir que la corrupción nunca se acabará… y tienen razón; esas situaciones tan desagradables no se van a erradicar mientras yo siga siendo deshonesto, traidor, desleal y mentiroso conmigo y con los demás.

Solo recuerda que no estás solo o sola, hay quienes están al pendiente de lo que necesitas.

Busca un grupo de autoayuda para liberar tus emociones y ve el mundo de una manera distinta.

Entonces no habrá culpables políticos ni corrupción porque tú marcarás la diferencia, porque las manos que dan, nunca estarán vacías.