Fotografía: Nelly Téllez

 

Las editoriales mexicanas están optando por rematar los títulos antes que recurrir a la última opción que establece la ley vigente que es la de triturarlos o quemarlos, por ello se requieren más espacios de venta y fomentar más lecturas complejas refirió el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Carlos Anaya Rosique.

Tras ser cuestionados sobre por qué hacían esto respondió: “no es un asunto nuestro, eso hay que preguntarle a Hacienda, son inventarios y activos fijos de una empresa. Ya que si los tenemos ahí causan impuestos, como no los podemos donar los tenemos que dar de baja y si lo hacemos, de acuerdo con la ley los tenemos que quemar, por eso lo que hacemos es llevarlos al remate”.

Refirió que las editoriales optan por promover los remates en todos los espacios posibles como ferias o librerías porque la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) les tiene prohibido tajantemente donarlos o regalarlos, de lo contrario serían acreedores a una amonestación por incumplir con la ley.

Anaya Rosique, advirtió que los editores publican alrededor de cinco mil 700 títulos nuevos cada año; pero que tienen pocos espacios para promocionarlos, ya que son pocas librerías las que existen a nivel nacional y no todas tienen la capacidad de adquirir anualmente más de cinco mil títulos diferentes, aunado a que la gente opta por leer otros contenidos.

Por esta complejidad declaró que ante este panorama las editoriales deben encontrar otros canales alternativos que les permitan sacar los títulos sin violar la ley y esto es a través de botaderos o de remates con el propósito de dejar como último recurso el de destruir el rezago de libros que tengan en el almacén.

Puntualizó que más que reformar la ley actual para suprimir esta normativa, se deben ampliar los espacios de lectura y también fomentar lecturas más complejas, pues hoy la ciudadanía opta por consumir más lo que se publica en redes o en cómics sin buscar textos más complejos.

 

SJA