Fotografía: Nelly Téllez 

A tan solo 40 kilómetros de la capital hidalguense se ubica el municipio de Tulancingo de Bravo, una de las ciudades más importantes del estado de Hidalgo donde la tradición, la cultura, la gastronomía y la arquitectura pasada y nueva conviven armoniosamente.

En el centro del municipio se ubica el emblemático Jardín la Floresta que es un hermoso lugar lleno de enormes árboles, donde se puede pasar un buen momento de convivencia con la familia o los amigos.

Justo enfrente del jardín se ubica la catedral dedica a San Juan Bautista, obra arquitectónica que data del año 1528, de acuerdo a los registros históricos. La catedral está hecha a base de cantera y mide más de 54 metros de altura desde su base hasta la cruz de la cúpula. El frontón es de estilo neoclásico y al interior se encuentra el altar principal, la pila bautismal y el púlpito de madera.

A unos pasos de la catedral se ubica el Jardín del Arte donde está el Centro Cultural Ricardo Garibay, espacio diseñado única y exclusivamente para exponer el arte como pinturas, esculturas, dibujos, entre otras expresiones artísticas.

El municipio también es conocido porque es la tierra natal de Rodolfo Guzmán Huerta, quien diera vida a El Santo, también conocido como el Enmascarado de Plata, por dicho motivo se tiene un museo dedicado exclusivamente a este ídolo que luchó contra hombres lobo, mujeres vampiro y brujas, entre otros enemigos poderosos.

La colección de este luchador es amplia y las piezas se van rotando, por lo que nunca se encontrarán las mismas piezas en cada visita, este museo se ubica donde era la antigua bodega de la estación del ferrocarril, pues justo en una de las tres estaciones de tren se ubica el Museo del Ferrocarril.

Este museo ferroviario alberga más de 200 piezas originales entre fotografías, muebles, lámparas, cajas, objetos de oficina y piezas de este medio de transporte característico de finales del Siglo XIX, ahí también se ubican unos vagones que además de ser piezas de exhibición se han adaptado para ofrecer servicios en su interior como una cafetería y una tienda de artesanías.

Dentro de su gastronomía destacan los famosos guajolotes, el platillo tradicional consta de una torta partida a la mitad asada con manteca o aceite, por dentro se le untan frijoles refritos, se colocan dos enchiladas verdes y un huevo hervido, aunque este platillo a lo largo de los años ha sufrido modificaciones y las enchiladas puedes ser rojas o enfrijoladas y en lugar de huevo se le puede poner jamón, queso , salchicha, mixiote, hasta llegar a los más exóticos con más de cuatro ingredientes.

Dado que esta es solo una probadita de lo mucho que puede ofrecer Tulancingo, por eso se invita a la población en general a que lo visiten y conozcan otro rincón más del estado de Hidalgo.

 

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