Fotografía: Especial 

 

Aunque en la entidad no se ha presentado casos donde un mismo paciente tenga COVID-19 y dengue, Josefina Ramos Frías, coordinadora estatal del Programa de Enfermedades Transmitidas por Vector de la Secretaría de Salud de Hidalgo no descartó que durante la pandemia algunas personas puedan contraer ambas enfermedades.

La coordinadora estatal explicó que el hecho de que un paciente se infecte de dengue no se descarta el riesgo de contagiarse de COVID-19.

«En este momento en el estado no hemos tenido confirmación de casos de coinfecciones entre el SAR-CoV2 que produce la enfermedad de COVID-19 y dengue; sin embargo en el país ya se han registrado casos de coinfección», reveló.

Ramos Frías, advirtió que considerando los estragos a nivel respiratorio que provoca el COVID-19, podría generar que la coexistencia de dos eventos epidémicos, deriven en casos mucho más críticos.

Ante este contexto, habló de la importancia de realizar acciones de prevención para evitar la propagación del mosco transmisor del dengue, pues consideró que es más complicado de prevenir la enfermedad SAR-CoV2, pero contraer ambas es más riesgoso para la salud del paciente.

Destacó que sobre las enfermedades transmitidas por vector se tiene mucha información y parte de esta ya se socializa con la gente, pero aun así, dijo que hay renuencia para combatir este mal, por lo que señaló que de no atender las medidas habrá estragos en materia de salud.

De manera conjunta, informó que hasta la semana epidemiológica número 24 con corte al 13 de junio, en Hidalgo se han reportado 82 casos positivos de dengue, los cuales han estado restringidos a la región de la huasteca hidalguense.

Destacó que considerando la conectividad y la población, la zona norte del estado, es donde se focalizan los casos, derivado de las condiciones climatológicas de calor y humedad que permiten la reproducción  del vector.

Aclaró que los moscos que provocan dengue, zika y chikungunya del género aedes aegypti, son vectores importados o exóticos que no forman parte de la fauna nativa del estado, lo que significa que viajaron en algún momento, pero la población les ha brindado las condiciones que necesitan para establecerse, reproducirse y convertirse en una especie que ya está domiciliada.

“Nosotros les abrimos la puerta de nuestras casas y les hemos dado todo lo que necesita para sobrevivir, les estamos facilitando la vida, esto quiere decir que el hecho que generemos condiciones que beneficien a los mosquitos puede generar que la distribución de los moscos se mueva”, puntualizó.

Aclaró que las acciones para combatir el mosco no se deben limitar a las zonas que más afecta esta enfermedad, sino que se tienen que ampliar a todos los rincones donde existan las condiciones para su reproducción.

 

 

SJA