“Mas, desgraciadamente, los legisladores de 1857 se conformaron con la proclamación de principios generales que no procuraron llevar a la práctica, acomodándolos a las necesidades del pueblo mexicano para darles pronta y cumplida satisfacción; de manera que nuestro código político tiene en general el aspecto de fórmulas abstractas en que se han condensado conclusiones científicas de gran valor especulativo, pero de las que no ha podido derivarse sino poca o ninguna utilidad positiva”.

Venustiano Carranza

 

El barón de Cuatro Ciénegas, don Venustiano Carranza, presentó ante el Congreso Constituyente su famoso discurso en el que moldeó importantes temas que eran reclamos de la lucha revolucionaria.

El discurso que se presentó al abrir el Congreso Constituyente, en su sesión del 1 de diciembre de 1916, de acuerdo a lo expresado por el propio Carranza, fue un proyecto de Constitución reformada.

Desde la Visión Constitucional abordaremos el discurso en algunos de sus puntos más destacados, en esta y otras entregas, de quien fuera el jefe del Ejército Constitucionalista, los que dieron origen a los grandes debates del histórico Congreso Constituyente de 1916-1917; rememorando el 103 aniversario de la promulgación de la Carta Federal del 17.

Carranza señalaba en los prolegómenos de su discurso: “En tal virtud, la primera de las bases sobre que descansa toda la estructura de las instituciones sociales, fue ineficaz para dar solidez a estas y adaptarlas a su objeto, que fue relacionar en forma práctica y expedita al individuo con el Estado y a este con aquel, señalando sus respectivos límites dentro de los que debe desarrollarse su actividad, sin trabas de ninguna especie, y fuera de las que se hace perturbadora y anárquica si viene de parte del individuo, o despótica y opresiva si viene de parte de la autoridad”.

Como puede verse el discurso carrancista marcó desde un inicio el tema de las instituciones sociales y la respuesta que el estado debía brindar a los individuos respetando sus libertades individuales.

Continúa señalando Carranza: “Partiendo de este concepto, que es el primordial, como que es el que tiene que figurar en primer término, marcando el fin y objeto de la institución del gobierno, se dará a las instituciones sociales su verdadero valor, se orientará convenientemente la acción de los poderes públicos y se terminarán hábitos y costumbres sociales y políticas; es decir, procedimientos de Gobierno que hasta hoy no han podido fundamentarse, debido a que si el pueblo mexicano no tiene la creencia en un pacto social en que repose toda la organización política…”.

El pensamiento del coahuilense era claro, en cuanto a que las instituciones gubernamentales tenían que estar perfectamente definidas en cuanto a sus objeto y fines, ya que, con ello, esto se trasladaría al verdadero valor de las instituciones sociales y el pueblo puede exigir el cumplimiento, mediante procedimientos, no rebeliones, que implicaría necesariamente un alto desarrollo de la cultura política de la población.

En su perspectiva, Carranza estableció que «…el deber primordial del gobierno es facilitar las condiciones necesarias para la organización del derecho…”, lo que se traducía en: “…Cuidar de que se mantengan intactas todas las manifestaciones de libertad individual, para que, desarrollándose el elemento social, pueda, a la vez que conseguirse la coexistencia pacífica de todas las actividades, realizarse la unidad de esfuerzos y tendencias en orden a la prosecución del fin común: la felicidad de todos los asociados”.

Venustiano Carranza describió su visión histórica del momento en que se había gestado todo el movimiento revolucionario y la respuesta que en ese momento se presentaba a través de un marco constitucional: “…Lo primero que debe hacer la Constitución política de un pueblo, es garantizar, de la manera más amplia y completa posible, la libertad humana, para evitar que el Gobierno, a pretexto del orden o de la paz, motivos que siempre alegan los tiranos para justificar sus atentados, tenga alguna vez de limitar el derecho y no respetar su uso íntegro, atribuyéndose la facultad exclusiva de dirigir la iniciativa individual y la actividad social, esclavizando al hombre y a la sociedad bajo su voluntad omnipotente”.

Si bien es cierto, la Constitución mexicana se le atribuye ser el primer documento social del siglo XX, es de reconocer que el pensamiento en el discurso emitido por el primer jefe del Ejército Constitucionalista, para inaugurar los trabajos del Poder Constituyente, trasciende los importantes temas educativos, agrarios y laborales, para ver en la Constitución, un conjunto de elementos integrales en la respuesta que el Estado debe dar a las personas.

VISIONARE. Solo el conocimiento y estudio de la Constitución nos hará mejores ciudadanos en el sentido amplio del concepto.

 

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